Queridx desordenadx:
¿Cuánto tiempo, no? Antes que nada, quiero agradecerte una vez más por estar aquí, tu paciencia, apoyo y mensajes han sido esenciales para estar hoy de nuevo escribiendo estas líneas.
La razón de mi ausencia puede explicarse con pretextos superficiales como la falta de tiempo y compromisos de la vida adulta, pero la realidad es que tuve que hundirme.
Me hundí y me revolqué en un bache mental lleno de lodo y mugre, un lodo de inseguridades y autoexigencia que me impedían escribir el contenido que sentía que merecías.
Y ahí, inmóvil, atrapada en un ciclo de perfeccionismo tonto que nublaba mi creatividad y dejando que el lodo se secara a lo María la del Barrio, pude disfrutar de la pausa y replantearme el propósito detrás de este newsletter, de cuestionar por qué escribo y qué espero lograr con cada palabra que comparto.
Reduje mi tiempo en las redes sociales que solo me hacían sentir menos productiva y más insuficiente y en su lugar busqué conectar conmigo creando pequeños hábitos que me ayudaran a flotar para salir del bache.
Leí más (ya te recomendaré algo), escribí en mi diario, cociné cosas deliciosas y me di cuenta de que al hacerlo era una especie de meditación con final feliz para mi estómago.
También tomé consciencia del poco valor que muchas veces le damos a nuestros procesos por solo pensar en la meta final, de como a veces pensar en si es bueno o valdrá la pena, nos detiene a seguir creando, cuando es justo ese camino del “hacer” el que nos dotará del más valioso aprendizaje.
Así que, si has pasado por algo parecido y te sirve leer mi experiencia, lo más importante que aprendí es que, a veces, la mejor manera de lidiar con este bache es permitirnos estar en él. Enlodarnos conscientemente, embarrarnos de eso que nos cuestiona sin caer en el victimismo, y que como bien dice Maria Luisa Puga en esta maravillosa cita a Diario del Dolor: Seamos serios, por favor.
Fue gracias, a textos como este y a las palabras amables y alentadoras que algunos de ustedes me enviaron durante este tiempo de silencio, que ese destello de luz a mi motivación pudo crecer. Una de ustedes me describió como su faro, una guía en medio de la oscuridad, y esas palabras resonaron profundamente en mí. Me recordaron la importancia de la vulnerabilidad y la conexión humana, como dice Emily Nagoski, el verdadero cuidado personal siempre involucra a otras personas. Se trata de conectar con quienes nos rodean, de aceptar su ayuda y su apoyo, y de recordarnos mutuamente que somos dignos de atención y amor, tal como somos.
Así que nada, te dejo con esta carta de Stephen Fry que recibí en uno de mis newsletter favoritos: Letters of note, donde Fry hace una linda analogía sobre las emociones y el clima. También puedes escucharlo leerla en inglés aquí.
Abrazos virtuales enlodados.
Pauli
🔥 Para dar luz hay que prenderse fuego - Susy Shock
Hace tiempo que buscaba algún club de lectura que me motivará a no dejar de leer tanto tiempo y también a socializar un poco más en mi ciudad, me sorprendí de encontrar varios, pero las lecturas que recomendaban no terminaban de convencerme y sabía que terminaría no leyendo.
Recientemente abrió Verba, un lugar que lo tiene todo: librería, biblioteca, café y hasta un rinconcito para disfrutar del Son Jarocho en La Paz!.
Me pone MUY feliz que exista un lugar así aquí, pienso que es crucial la creación y fortalecimiento de espacios de convivencia en un contexto donde la gentrificación tiende a desdibujar nuestra identidad local y la iniciativa de Verba para tejer lazos comunitarios y promover la cultura es un compromiso más que admirable.
Decidieron inaugurar su Club de Lectura con este libro autoría de María del Mar Ramón, que además es la primera edicion del sello editorial de la Librería U-Tópicas.
Llevo apenas unas cuantas páginas de este libro, y parte de la razón es que se sumerge tan profundamente en mis propias vivencias que leerlo se vuelve casi catártico. Es doloroso darme cuenta de cuántas experiencias compartidas tengo con la autora, y siento que necesito tomarme el tiempo para reunir el coraje necesario para enfrentar mis propios traumas y conflictos identitarios como mujer. Creo firmemente que este libro es esencial; nos desafía a mirar hacia adentro y confrontar nuestras verdades más profundas. Estoy ansiosa por compartir reflexiones con otras lectoras en el Club y definitivamente estaré compartiendo más por aquí.
🤡 Seamos idiotas
Nunca me cansaré de recomendares The School Of Life, cuando me siento un poco perdida entre tanta información, me echo un clavado en su canal de Youtube y esa mezcla de animaciones perfectamente cuidadas y creativas más el mensaje que relatan siempre me ayudan a volver a mi centro.
En este video lanzan una pregunta que me gustaría hacerte a ti: ¿Cómo es tu idiota interior? ¿Consigues convivir con él? ¿Cómo lo tratas?
💌 La que escribe…
Ahora que me he dado el tiempo de leer más, me he convertido en una coleccionadora de citas jaja, así que como ayer lo hice en Instagram, pretendo compartirles por ahí algunos fragmentos de libros que voy leyendo así como su versión electrónica si es que la tengo.
Comencé compartiendo esta cita del libro El acto de crear: Una manera de ser de Rick Rubin:
Te dejo algunos enlaces útiles para conectar en otras redes y acceder a este y los demás libros que he recomendado hasta ahora.
Quiero subrayar mi firme creencia en que el acceso a la cultura y la información debe ser equitativo y nunca elitista. Es por eso que comparto los archivos de este libro, con la intención de facilitar su acceso a todxs.
¡Hasta la próxima!